Según el lugar que ocupe el conductor y cada ocupante en un accidente de tráfico tendrá más probabilidades de sufrir lesiones en una zona o en otra.

Lesiones en extremidades cuando sufrimos el accidente de tráfico.

En el conductor, además de las lesiones cervicales, traumatismos torácicos y faciales, son más propensos a sufrir fracturas de muñecas.

Cuando se trata del pasajero, en las extremidades y, sobre todo, en la rodilla es donde suelen producirse las secuelas más comunes. Lo normal, en las lesiones de rodilla, es que se produzcan al impactar con el salpicadero y suelen aparecer más que las de tobillos, tibia, peroné o fémur.

El conductor al tener parte del salpicadero cerca de las rodillas, también puede sufrir este tipo de lesiones, pero son más frecuentes las de muñeca.

Todo depende la gravedad del accidente de tráfico, podríamos hablar de lesiones a un nivel más interno, como puede ser un traumatismo pélvico, con o sin fractura de pelvis y traumatismos en extremidades con fracturas abiertas o incluso amputación de las mismas.

Obviamente, las fracturas moderadas y los esguinces leves, también son bastante frecuentes en los accidentes de circulación.

Si es un accidente de moto, es el cuerpo del conductor u ocupante el elemento final de protección por lo que corren más riesgo de sufrir lesiones en caso de caída, impacto sobre el suelo o sobre la estructura metálica del otro vehículo.

Las lesiones más frecuentes producidas por accidente de tráfico en motoristas suelen ser en extremidades superiores e inferiores, fracturas abiertas, amputaciones y semi-amputaciones, por las que se hace más necesaria aún una adecuada rehabilitación personalizada.

Los tratamientos que requieren las fractura, la mayoría de los especialistas son partidarios de la rehabilitación avanzada además de las cirugías mínimamente invasivas, en los casos en que la gravedad de la lesión lo permita.

Esguinces en un accidente de tráfico.

Un esguince (en términos generales e independientemente de su grado) es una lesión en los ligamentos que unen los dos huesos que conforman una articulación.

Para ser más específicos y explícitos, digamos que los ligamentos se distienden o se desgarran, sin modificar la posición del respectivo hueso.

El esguince, en general (reiteramos), se presenta al forzar el límite máximo de movimiento de la articulación, sea por un movimiento excesivo y brusco o, bien, por un accidente de circulación, por ejemplo.

Los esguinces son más frecuentes en el tobillo, la muñeca (en el caso de los conductores de coches, camiones, autobuses y demás), el pulgar y el cuello, siendo posible su presencia en otras partes del cuerpo.

Los síntomas más importantes de los esquinces son el dolor, la inflamación y la pérdida de funcionalidad. En lo atinente a los tiempos de recuperación, digamos que oscilan dependiendo de la gravedad de la lesión (esguince).

Pero, eso sí, para evitar posibles secuelas de accidente de tráfico, es necesario adelantar un proceso de recuperación adecuado, esto es, realizando las fisioterapias (y otras terapias eventuales) al pie de la letra, entre otras cosas.

Los grados de los esguinces, según la gravedad de la lesión por accidente de tráfico.

Los esguinces se clasifican en tres grados, en función de la rotura del ligamento: cuando este sólo se encuentra distendido, se clasifica el esguince como de grado I.

En los eventos en los que el ligamento se encuentra total o parcialmente roto, estamos ante un esguince grado II. Y, cuando, además de la rotura, tenemos un arrancamiento óseo, el esguince será de grado III y requiere de intervención quirúrgica, para evitar dispendiosos procesos de recuperación y, además, para eludir secuelas de accidente tráfico.

Ahora, cuando se trata de una mera torcedura o, lo que es lo mismo, de un esguince leve, suele tener un buen pronóstico, al tiempo que tiende a desaparecer espontáneamente, así sea necesario inmovilizar, de manera parcial, el área afectada, con vendas no muy apretadas.

Lo mismo que predicamos sobre las meras torceduras, lo podemos hacer respecto de algunos tipos de esguinces, especialmente, cuando son de grado I y, en algunos casos, de grado II.

Por ello, lo que se recomienda “después del accidente”, es acudir a un servicio médico de inmediato, para que sea valorado el alcance de la lesión y la necesidad, o no, de inmovilización y tratamiento para la recuperación.

Profundizando, un tanto, en el tiempo de curación de los esguinces, anotemos que suele ser de una a cuatro semanas, siendo una cifra, meramente, orientadora, porque en los casos en que se requiere de intervención quirúrgica, seguida de una rehabilitación de accidente de tráfico, el tiempo podría llegar a ser, incluso, superior a las cuatro semanas.

De la misma forma, el tiempo de recuperación puede ser de cinco o seis semanas, cuando aparecen complicaciones, entre las que se destaca el llamado “Síndrome de Dolor Regional Completo”.

En fin y a todas estas, desafortunadamente, las fracturas en las extremidades, las torceduras (que son esguinces leves, como ya lo mencionábamos) y los esguinces grado I, II y III, están “a la orden del día”, en todos los tipos de accidentes tráfico.

Si bien es cierto que las lesiones en las extremidades y, más específicamente, los esguinces y las torceduras, suelen ser menos complejas que los traumas cráneo-encefálicos, que los traumas medulares y los torácicos, también es cierto que no se puede descuidar el tratamiento y, lo que es bastante importante, la rehabilitación para evitar indeseables secuelas.

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